jueves, 31 de mayo de 2012

Escalada de riesgo

Soy capaz de ser tantas y tantas cosas... pero, por mucho que lo intente, nunca seré una lady Madrid.

Siempre fui una más, de las popularmente conocidas como "del montón" (y yo añado de la parte baja), y en el montón somos muchas, demasiadas. 
No obstante, los demás se empeñan en conseguir a las de la cima, prefiriendo "malgastar" su tiempo intentándolo y desdeñando a aquellas que se quedan en el camino (total, seres así seguramente ni sientan ni padezcan). 

Tal vez, y sólo tal vez, tenga algo que ofrecerte que jamás podrás encontrar en la cima...



Deseo/a

Se escapa entre las miradas furtivas.
Esta vez no pienso ser yo quien ponga las cartas sobre la mesa, búscame, provócame. Juega y deja de jugar.
Porque esta noche te devoraría la boca hasta que no me quedaran fuerzas, vulgarmente y sin  ningún remordimiento.
No necesito el desayuno, ni una palabra dulce. Simplemente mañana será otro día.


martes, 29 de mayo de 2012

La "vieja" y el mar




Recuerda algún momento de algún verano, en el que la brisa marina trenzaba una cuerda de nudos en su pelo. Siempre detesta desenredar su densa melena, que se desgrane en decenas de ramilletes sobre la pila del baño. Sin embargo, si el causante de ese pequeño jardín es el mar, el rechazo le resulta tan placentero que la vida le parece inconcebible sin esos estirones veraniegos.
Ahora parece una estrella que llega al fin de su vida, creyendo que cada día que pasa su luz se debilita en los parpadeos hastiados de ver y vivir, de creer que ya ha ocurrido todo lo posible. Entonces una melodía se le agarra fuertemente a las entrañas, tan fuerte que se atreve a recordar algún beso con sabor a salitre, alguna palabra dulce en la penumbra, el sabor y el olor de la carne tibia. 
Y en aquel momento lo sabe, lo comprende nuevamente. Por muchas personas que pasen por su vida, sus labios o su cama, siempre le quedará el mar antes de que todas las luces se apaguen.



Y yo estirado en esta orilla, con el sol que se despide acariciándome la espalda a última hora.

domingo, 27 de mayo de 2012

The end

Y diréis: ya está otra vez...
Y yo os responderé: a quien no le guste que no mire.

Lo sé, soy incorregible, una maldita drogadicta de palabras. Así que, tras muchos intentos fallidos, necesito una noche más meterme un buen pico entre las venas. Sin embargo podéis estar tranquil@s. Cuando algo vuelva a cambiar en mi vida (para bien o para mal) volveré a marcharme a otro lugar, y la red será un inmenso cementerio de palabras marchitas y desgastadas. Hoy es el primer día del resto de mi vida, hoy es el principio del final.

Lo siento [me digo más a mi misma que a vosotr@s], ¿ya estoy aquí?

A R.A. y a A.H., que siempre están ahí, en la sombra. No sé cómo, pero siempre acabo volviendo a esto directa e indirectamente gracias a vosotras. 

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