domingo, 31 de marzo de 2013

El día que salí de tu vida


Recuerdo el día que entraste, por la puerta grande, como un tornado rompiendo todos los esquemas a tu paso. No obstante, tengo una vaga memoria de aquella tarde, con los papeles esparcidos por la mesa, en la que me invitaste a salir por la puerta de atrás. No soy capaz de decir cuánto tiempo ha pasado (y mira que antes lograba contar las horas, minutos y segundos que podían transcurrir entre dos espacios), y lo cierto es que me queda algún recuerdo vago. Sin embargo, descubrí que se les puede cambiar el nombre a las calles, que es posible transformar las fechas e incluso quitarles tus apellidos, existen otros labios con otros sabores y descargas diferentes. Escribí otros versos, para otras piernas, otros lugares, otros sabores que no eran los tuyos, y ¿sabes qué? Que salieron buenos versos.  

Pero lo más importante es que entendí que la felicidad no se resume a un solo tipo y que la muerte, por mucho que nos empeñemos, solo llega con el propio fin, nunca cuando parte alguien. 

Y para ello, por suerte, me marché por la puerta de atrás. 

miércoles, 27 de marzo de 2013

Historia de amor sin amor



¿Sabes? Yo iría a recibirte por sorpresa al aeropuerto con una flor en la mano. Me aprendería ese poema que me recuerda a ti. Te llevaría al desayuno a la cama. Me quitaría la chaqueta si tienes frío. Escribiría cualquier cosa estúpida que te hiciese sonreír. Esperaría a dormir luego por ver cómo duermes tú.  Me pasaría la tarde cocinando para ti. Me encontraría contigo en medio de cualquier plaza de cualquier capital, como si no nos conociésemos de nada. Te llevaría a la playa en invierno, cuando necesites recordar que el mar sigue en su sitio. Te invitaría al cine solo por el placer de ver tu cara atenta a la luz de la pantalla mientras me coges de la mano. Me pasaría todo el domingo en la cama, contigo. Te enseñaría Roma, Londres, París, el mundo, aunque no haya estado nunca en él. Leería para ti un poco cada noche. Te tocaría el pelo hasta que te durmieses. Me pasaría horas mirando tu cuerpo desnudo entre las sábanas. Te enviaría cartas escritas a mano, aun viviendo a cinco minutos de ti. Haría salir el sol por la noche y la luna por el día. Trazaría un mapa de tu piel solo con besos. Te seduciría en cualquier bar, como si fuese el primer día.

Sin embargo no lo haré. Al fin y al cabo no me lo has pedido. No eres para mí, puesto que nadie pertenece a nadie. No olvidemos que aún no se ha inventado la película en la que no aparezca el cartel de Fin. 

martes, 26 de marzo de 2013

La gent normal




Mai entendràs el fracàs dels altres,
mai comprendràs com els somnis
se'ns van quedant en riure i beure, i anar tirant
i, si es pot, follar de tant en tant.

Mentre les coses passen i la meua armadura es va fent més gran sembla que tot torna a ser com era abans. Que torna l’hivern mentre arriba la primavera, i canvie els llençols i entra aire fresc per la finestra. I tot es tanca, busque la clau però no sé on l’he buscar, on podré trobar-la. Que vull ser com la resta i que probablement tu tingues la cuirassa més invisible i més gran, no obstant, qué anem a fer-li si cadascú depén d’un mateix i no del que els demés li aconsellaran.  

Però per molt que els somnis se'm queden en riure, beure i anar tirant sé que jo mai arribaré a ser com la gent normal. 

domingo, 24 de marzo de 2013

Desaparecer


Abandono. Soledad. Domingo por la noche.

El fin parece que está cerca, que todo está apunto de estallarte y piensas en el pasado. Pasa el tiempo y cuando crees que todo se transforma te das cuenta de que estás en el mismo punto que hace pocos años y te engañas a ti mismo pensando que nada va a cambiar. El problema es que por mucho que intentes comparar las cosas las circunstancias lo convierten todo. ¿Nada va a cambiar? Por mucho que te empeñes en creer lo contrario ya no eres esa persona. ¿Recuerdas el daño recibido? Úsalo como coraza.

Piensa que, al fin y al cabo, mañana es lunes.

sábado, 23 de marzo de 2013

No recuerdo




NO RECUERDO


En un bar adonde nunca fuimos
senté nuestro recuerdo
yo jamás entré allí
no bebí su humedad
no escribí su silencio
No creo que lo hayas visto siquiera
sólo me pareció un buen lugar
-marrón y sombrío-
para dejar el no recuerdo
de un no amor.
Cuando paso por allí
Trato de no pensarte.


Gisela galimi

lunes, 4 de marzo de 2013

Encrucijada





Siento que he llegado tarde, o que siempre me estoy equivocando. Pero lo extraño es que vivo lo que me toca vivir y no puedo hacer nada contra ello. ¿Puedo elegir? ¿Debo elegir?

Tal vez el camino aun no me ha encontrado… o tal vez me metí en el camino donde no me llaman. 

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