Es como subir una montaña, ¿vale? Pero una montaña
altísima. Qué te diré: un Everest o un Himalaya, ¿vale? Tú vas
preparada, porque tú vas preparada, pero a veces se te pueden olvidar cosas,
pero no, porque tú vas preparada, siempre preparada.
Entonces, pues empiezas a andar y hay obstáculos, qué te diré, llueve, mejor, diluvia. Y tu chopada, de arriba abajo, de los pies a la cabeza, empapadita, vamos. ¿Necesitas ayuda? No, gracias. Y a lo mejor te están ofreciendo un chubasquero, por ejemplo. Pero, no gracias. Yo soy fuerte, muy fuerte. Y pim, pam, sigues para arriba. ¡Chopadita! De arriba abajo, de los pies a la cabeza. Y luego, no sé. El camino es escarpado, muy escarpado. ¿Necesitas ayuda? No, gracias. Yo voy preparada. ¿Que tienes piolets y movidas? No, gracias. Yo puedo sola. Y claro, te haces sangre en las manos, en las rodillas, qué se yo, te desgarras la ropa. Pero, no gracias.
Entonces, pues empiezas a andar y hay obstáculos, qué te diré, llueve, mejor, diluvia. Y tu chopada, de arriba abajo, de los pies a la cabeza, empapadita, vamos. ¿Necesitas ayuda? No, gracias. Y a lo mejor te están ofreciendo un chubasquero, por ejemplo. Pero, no gracias. Yo soy fuerte, muy fuerte. Y pim, pam, sigues para arriba. ¡Chopadita! De arriba abajo, de los pies a la cabeza. Y luego, no sé. El camino es escarpado, muy escarpado. ¿Necesitas ayuda? No, gracias. Yo voy preparada. ¿Que tienes piolets y movidas? No, gracias. Yo puedo sola. Y claro, te haces sangre en las manos, en las rodillas, qué se yo, te desgarras la ropa. Pero, no gracias.
Y sigues y sigues y, qué te diré, se
hace de noche. De noche cerrada, sin luna. Y no ves nada y te ofrecen luz
y no gracias, no gracias, y te metes mil piños, pero sigues y sigues… ¡Y
llegas! La cuestión es que llegas. Por supuesto que llegas. Pero, ¿cómo
llegas? ¿eh? ¿Cómo llegas? Y estás arriba y es genial, pero empapadita,
sanguinolienta, magullada y… sola. Lo peor es que estás sola. Más sola que
la una… y, además, miras atrás y piensas que encima no te acuerdas en
absoluto de que color eran las… las flores del camino, por ejemplo.
Maribel Bayona - Aceptamos barco
¿ Y qué más da llegar sola? Las heridas nos enseñan que para aprender es necesario caerse...
No hay comentarios:
Publicar un comentario