Le gusta la lluvia.
Le fascina, le atrapa, le conmueve. Siente que la lluvia le traslada a otro
tiempo, a otro lugar. La lluvia limpia su mente, expira sus culpas, empequeñece
su identidad.
Hoy la lluvia le
trae recuerdos, variados, diversos, saltando de escenario en escenario.
Recuerda su cuerpo empapado en la calle, mil conversaciones en el interior de
su coche, un café con los ojos sinceros de su amiga posados en ella, la manera
de devorarse los labios al abrigo de la oscuridad de una ciudad extraña, la
sonrisa de ese pequeño gran hombre que la mimaba cada día, el abrazo amigo y
sincero de aquel día en el que él le confesó lo inconfesable, un gintònic entre
una sonrisa con unos pocos años más, los ojos vidriosos de ella después de
sentir un trabajo bien hecho…
Quanto il mondo può essere meraviglioso intanto la pioggia se lo ricorda.
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