No es necesario estar lejos, ni tampoco seguir siempre en la misma parte. Somos tan egoístas... Ella ha aprendido más en cuatro meses que en todo el camino recorrido. Ahora sabe que no solo los golpes enseñan. No puede dejar de mirar alrededor y preguntarse por la complejidad del ser humano, por el amor... Somos extraños, complicados, diferentes a la hora de sentir, pero al fin y al cabo seguimos siendo egoístas. Continúa preguntándose por qué esta vida y no cualquier otra y no puede evitar que le invada la sensación de que lo mejor ya ha pasado.
La perfección de la soledad y la necesidad del amor externo. Que jodida contradicción...
Sigue observando como las vidas pasan y la suya se le escurre como la arena entre los dedos.
Sigue observando como las vidas pasan y la suya se le escurre como la arena entre los dedos.
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