¿Sabes? Yo iría a recibirte por sorpresa al aeropuerto con una flor en la
mano. Me aprendería ese poema que me recuerda a ti. Te llevaría al desayuno a
la cama. Me quitaría la chaqueta si tienes frío. Escribiría cualquier cosa
estúpida que te hiciese sonreír. Esperaría a dormir luego por ver cómo duermes
tú. Me pasaría la tarde cocinando para
ti. Me encontraría contigo en medio de cualquier plaza de cualquier capital,
como si no nos conociésemos de nada. Te llevaría a la playa en invierno, cuando
necesites recordar que el mar sigue en su sitio. Te invitaría al cine solo por
el placer de ver tu cara atenta a la luz de la pantalla mientras me coges de la
mano. Me pasaría todo el domingo en la cama, contigo. Te enseñaría Roma,
Londres, París, el mundo, aunque no haya estado nunca en él. Leería para ti un
poco cada noche. Te tocaría el pelo hasta que te durmieses. Me pasaría horas
mirando tu cuerpo desnudo entre las sábanas. Te enviaría cartas escritas a
mano, aun viviendo a cinco minutos de ti. Haría salir el sol por la noche y la
luna por el día. Trazaría un mapa de tu piel solo con besos. Te seduciría en
cualquier bar, como si fuese el primer día.
Sin embargo no lo haré. Al fin y al cabo no me lo has pedido. No eres para
mí, puesto que nadie pertenece a nadie. No olvidemos que aún no se ha inventado
la película en la que no aparezca el cartel de Fin.
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