Perdóname por que
me guste demasiado el sexo. Por querer escalar tus rodillas hasta conocer las
intrigas que hay debajo de tu falda. Perdóname por mirarte de esa forma, a
veces incómoda y otras extraña. Por esas noches en las que echo de menos esas
noches que no compartiré contigo. Perdóname por quererlo todo sin tener nada.
Por que me fascinen los pequeños detalles y a veces las cosas extrañas. Perdóname
por imaginar a qué sabrá tu sexo. Por querer saber cómo olerán tus buenos días.
Perdóname por las cartas que te escribí. Por las que prometí escribirte y nunca
lo hice. Perdóname por querer mecerme en tu sonrisa. Por despreciar el mar al
bañarme en tus ojos.
Perdóname por ser
yo, como soy. Por haber visto demasiado cine y leído demasiados poemas de amor
inacabados.
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